Perverso Narcisista
"El perverso da muy poco y pide mucho. Nunca está satisfecho, y si la víctima expresa su descontento o se queja, aparecen las amenazas de abandono y ataque. Pero si la víctima se queda tranquila y dócil, puede permanecer un tiempo “en paz”. Esto va generando un estrés permanente. El perverso le niega a la víctima el derecho a ser oída y cuando habla, adopta un tono frío, la mayoría de las veces sin elevar su voz y su discurso es moralizador, distante e irónico.
Normalmente es muy mentiroso y siempre cree tener la razón. Jamás pedirá perdón y si lo hace, dirá que fue “sin intención”. La idea es hacer dudar a la víctima de sus propios pensamientos y afectos hasta el punto de tener que pedir perdón por algo que no hizo o agotarse buscando soluciones que nunca va a satisfacer al perverso. Pero el mecanismo que mejor pone en juego es la descalificación. Una y otra vez le dirá que no vale nada, que no hizo nada, que nadie la quiere, hasta que la víctima se lo cree. Pero no es sólo el ataque a su autoestima, también descalifica a sus amigos, a su familia, a su trabajo, a su pueblo natal, a su historia.
No existe, desde su mundo, ni respeto ni compasión por el “otro”, éste sólo existe en la medida en que pueda utilizarlo para manipular (cosa que hacen a la perfección) y mantenerlo en una posición de dependencia. "
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